miércoles, 18 de julio de 2012

Un poco de humor e ironía sobre Cáncer...

Conduciendo un vehículo…

Cáncer viaja con precaución principalmente para no volcar el termo del café con leche, ni el camping-gas y la mini-nevera llena de viandas –y para que no se mareen los cuatro miembros de su familia que viajan en el asiento de atrás- (¿viajar solo y desnutrido? No… ¡por Dios!)


En un restaurante ante un buen plato…

Cáncer recuerda lo reconfortante que es la comida casera y se transporta como a otra dimensión -la dimensión de la cocina de su abuela y su madre en la que cabía toda la familia y la olla más grande, hogar dulce hogar-.


En una situación íntima o sexual…

Cáncer precisa de la puerta cerrada, la luz apagada y después de una confortable cena y… después de un susurro, una caricia, etc., muchos preparativos e intimidad -entrar a saco no es su estilo pero… habrá que entrar ¿no?-.


Viajando en un avión…

Cáncer necesita ir con urgencia al servicio –producto de la inseguridad- y encontrar en su espacio disponible el último reducto de intimidad que le pueda resultar familiar… aunque el temor no le permite “acabar” ¿se habrán dado cuenta los demás pasajeros de su debilidad?


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