martes, 26 de junio de 2012

 ¿Alguien ha oído hablar de...Cáncer?

     ¿Alguien ha oído hablar de la actitud tímida y retraída de las personas pertenecientes al signo de Cáncer? ¿De su tendencia infantil a evitar la madurez? ¿De esos pronunciados cambios de humor que no obedecen a una causa lógica? ¿De que su casa es su fortaleza y el mundo de fuera un lugar peligroso?
    ¿Que las fases de la Luna son claramente indicativas de su inestabilidad emocional? ¿Que un profundo miedo al desamparo les condiciona a una vida marcada por un apego obsesivo a lo que conocen o necesitan? ¿Que el pasado -en particular la infancia- es valorado como la única época de la que uno no debería haber salido? ¿Seguir siendo un niño caprichoso e irracional? ¿Que se "agarran" a lo que conocen y tienen de un modo obsesivo?
    ¿Que en el fondo son débiles y temerosos para afrontar las exigencias de un destino? ¿Que están especialmente conectados con la madre y que tienden a buscarla en cualquier otro ser humano que le de cariño? ¿Que son demasiado sensibles pero poco lógicos? ¿Que les gusta refugiarse en la imaginación que siempre será contraria a la realidad? ¿Que tienen una coraza defensiva que los vuelve impenetrables cuando alguien les ha hecho daño? ¿Que se enrabian y patalean con tal de llamar la atención del entorno acerca de sus propias carencias emocionales?
    ¿Que son demasiado dependientes, caprichosos, dramáticos, de humor variable, con una actitud inmadura, y quizá también poco sociables ya que precisan de mucha intimidad?
    ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo a todos los Cáncer, viejos y jóvenes,  alegres o tristes, autosuficientes o dependientes, preocupados o despreocupados, entre otras opciones...?

    Todos tenemos algo de Cáncer, algo así como un lado íntimo y sensible que es fácilmente herido y por ello no podemos dejarlo entrever en condiciones normales. Este aspecto de nuestra naturaleza se originó en la más tierna infancia -estábamos muy tiernos entonces-, y prácticamente lo hemos olvidado y desechado en el mundo "real" de deberes y obligaciones.
Este es nuestro lado Cáncer, oculto y necesario para no olvidarnos de que la base de nuestra existencia está en la importancia que le atribuimos al don del sentimiento que nuestros seres queridos alguna vez nos despertaron o ayudaron a comprender...
    A partir de aquí, ya podemos ir colgándoles a nuestros amigos y familiares Cáncer tanta sensiblería e inmadurez, que no haremos sino hacer evidente nuestra pobre conexión con ese lado íntimo e infantil que reside atrapado en el interior de nuestra psique o personalidad.

    Después de todo, Cáncer nos ayuda a sentir que las emociones no son algo inferior o patológico. Que te ayudarán si verdaderamente les necesitas. Que al igual que la Luna llena, su euforia y positividad son como guías en cualquier estadio depresivo. Que te infundirán valor aunque ellos estén temblando de miedo. 
    Que son psicólogos natos y saben ver más allá de la superficie. Que difícilmente harán daño de modo explícito, intentando sobreponerse a su propia tendencia violenta. Que están muy unidos a sus orígenes y a la conciencia de formar parte de un "organismo" -familia, país, raza-. Que te ayudarán a usar tu imaginación para que puedas aliviar la tensión de una vida dura y tediosa. 
    Que despertarán tu instinto maternal -aunque seas un hombre-. Que se sorprenden y nos sorprenden con la ambición y tenacidad que en situaciones importantes les caracteriza. Que serán o son en definitiva, los bebés del zodíaco, seres humanos tiernos y sensibles que aún conservan la riqueza de sentirse felices y conscientes de un mundo maravilloso y fantástico que los demás creemos haber dejado atrás...



       
    


























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